La infancia y la vejez pasan volando...ayer era yo un niño y un anciano estoy hecho. Los días eran largos, cabía todo en ellos...¿quién los volvió tan cortos que apenas si los veo?. Menos mal que a aquel niño todavía lo siento en un rincón del alma mitigando desvelos...su ternura me acuna mientras me cuenta un cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario