Kiro

Kiro
Era callejero por derecho propio. Su filosofía de la libertad fue ganar la suya sin atar a otros y sobre los otros no pasar jamas.
Aunque fue de todos nunca tuvo un dueño que condicionara su razón de ser. Libre como el viento era nuestro perro, nuestro y de la calle que lo vio nacer. Era un callejero con el sol a cuestas, fiel a su destino y a su parecer. Sin tener horario para hacer la siesta y rendirle cuantas al amanecer.
Era nuestro perro y era la ternura que nos hace falta cada día mas. Era una metáfora de la aventura que en el diccionario no se puede hallar.
Era nuestro perro por que lo que amamos lo consideramos nuestra propiedad. Y era de los niños y del viejo Pablo, a quien rescataba de su soledad.
Era un callejero y era el personaje, de la puerta abierta en cualquier hogar. Era en nuestro barrio como del paisaje, el sereno, el cura y todos los demás. Era el callejero de las cosas bellas y se fue con ellas cuando se marcho. Se bebió de golpe todas las estrellas, se quedo dormido y ya no despertó.
Nos dejo el espacio como testamento, lleno de nostalgia, lleno de emoción. Vaga su recuerdo por mis sentimientos para derramarlos en esta canción.

(Canción de Alberto Cortes)