Y caeremos todos en su limpio regazo, más tarde o más temprano, para dormir por siempre el sueño de la vida.
Y
tú, trabajador alado del dulce nectar de sueños imposibles, caerás el
primero como fuente de vida para los que no tienen más vida que la
muerte.
Sin altares, sin liturgias, sin cánticos solemnes, tu cuerpo se hará pan de vida para los diferentes.
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